Los animales tienen una manera particular de aceptar a las personas sin calificarlas. Ellos no se detienen a mirar como luce una persona o que cosas dice. La aceptación por parte de un animal no admite ningún tipo de juicio.
Mozart y Maya en nuestro espacio terapéutico son los creadores por excelencia de un vínculo afectivo. Ofreciendo sus características y habilidades generan un ambiente distendido, seguro, libre de amenazas, de críticas, repleto de amor, diversión y compañerismo. Mozart y Maya están entrenado para participar en las terapias y desarrollar diversas actividades.